6.12.12

Comienza la historia sin fin

Aquí será, justo aquí.

Y clavaron la primera piedra. Debajo la sangre, los siglos de cultura profana, todo ayudó para forjarla, para erguir el altar con base en dolor y penas que no se entendían, y lo que no se entiende suele no existir.

Así es como surge el sentimiento, siglos después. Así como Cortés enfilaba su espada y se arrodillaba ante lo que no entendía, así enfilo la mía y me arrodillo. No entiendo pero lo amerita, sé que es lo mejor, lo que el mundo precisa, lo que mi patria madre necesita, a ella.

Ella camina como camina la liebre en los prados, como si el mundo le perteneciera y no hubiera de que preocuparse, y en realidad no hay de que preocuparse. Sus botas la protegen de todo, salvo de aquellos pequeños bellos accidentes que sólo lo mueven a uno a soltar la risa, el abrazo, la carcajada. Pero es una sonrisa diáfana, pura y llana felicidad de haber estado ahí, de poder compartir el momento a su lado.

Pero les decía que ella camina como el mar que de a poquito toca la costa y la transforma, yo soy esa costa, desde el siglo XVI sus aguas lo mojan todo y lo reconstruyen. Desde tiempos inmemorables su sal, contrario a lo que se piense, da suerte y sentido. 

Aquí será, justo aquí, repitió Cortés esperanzado. Sabiendo que la gloria llegaría tocando a su puerta, para su país y para él. divina providencia....los tabiques se fueron acomodando y los sueños crecían. Entre tanta ignorancia, los sueños de prosperidad florecerían.

Así me encuentro yo, hoy. en pleno siglo XXI, signifique lo que signifique. Soñando con la providencia, que me mantenga ahí, justo ahí, junto a ella. Que después habrá pulque, discusiones y caminatas sin fin no hay duda. Pero hay que aprovechar la violencia que nos precede para coger sentido. Para que estas dudas y estos pesares y esta alegría y esta infinita y estúpida sonrisa no se callen. 

De momento no encuentro más opción que la palabra, bien o mal tomada. Estas ganas de futuro, estas ansias de saturno, de anillos a su lado, de órbitas consteladas llenas de grato presagio. De momento no encuentro más que mis ganas de ella y su totalidad que ni cien ni quinientos años de conquista limitan. Hoy sólo quiero navidad a su lado, primavera y otoño, acaso.

Lo demás, francamente, me importa un carajo.


(Aquí, dicen, comenzó todo. Terminó en una noche oscura, después de un baño, con los ojos bien cerrados...y sin embargo, lo veían todo)
Qué pediría el primer devoto....probablemente "no me desampares"...."quédate"...."Gracias por existir"

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