22.11.18

Colibrí herido

Nuestra alegría es un colibrí herido,
ligera danza hacia el abismo;
suspira el viento cansado,
nos hace volar livianos
entre el tedio y el olvido.

Nuestro dolor es enojo,
inconformidad que aísla,
es querer siempre más y más,
pozo de los deseos sin fondo,
secos, solos, sedientos.

Nuestro querer es universal,
el grano de arena, el Big Bang,
no sabe de jaulas o ataduras,
se entrega hondo y sin freno,
y es por él que, lo sabemos,
la soledad será el final compañero.

16.5.18

Canción conejera

De mi serie de poemas cortos "Todos están teniendo bebés y yo no pero no me agűito y mejor escribo algo aunque no debería porque no me sale":

El conejito ya sale
de entre el maíz y el frijol
llega de labrar el campo
lleva en su frente sudor.
Trae las orejas atentas
pues lejos viene un rumor
dice que viene que vuela,
dice, una historia de amor.
Mientras, conejita mira
con sus ojotes al cielo,
tamborilea con su pata
y entona este dulce verso:
"Cuando la mañana llegue
y la vida vuelva a empezar,
será nomás por tus labios
que algún día me han de nombrar."
Esperar valió la pena,
pues del cielo llega ya
el cenzontle con su canto
y un paquete que entregar:
Conejita, conejito,
ahora mismo les doy,
un bonito bebé conejo
que los llenará de amor;
Como la lluvia a la vida
junto a los rubores del sol
así serán ustedes con ella:
y ella les pintará cielos
de indescriptible color.

Vladimir Villalobos
16/5/17