13.3.13

Dolor



Y mientras las sirenas chillan
y se abren paso,
un dolor profundo
me penetra

se posa donde antes tus labios,
trato de calmarlo
digo: calma;
pero no escucha y se cuela en mis entrañas.

En realidad no entiendo el porqué, 
cómo llegué aquí,
a dónde he de ir,

le pregunto a este dolor
y burlón responde:
calma.

Entiendo, entonces,
me ha de acompañar más allá del alba.


[Al día siguiente me habría de enterar que el chillar de las sirenas era el preludio del llanto de los familiares. A escasas tres cuadras de donde me hallaba, 17 balas jugaron a ser Dios, a ser la muerte, y lo lograron...al día de hoy el dolor permanece: preciso un gatillo.]

7.3.13

Marzo


No puedo dormir, no tengo sueño ni estoy cansado.

Veo la hora insistentemente, como para explicarle a mi cuerpo que ya es tiempo de dormir. No funciona. Debajo del reloj aparece un 07/03/2013, recuerdo que debo poner en mis ensayos la fecha como se debe y no como en la nota de la tintorería.

Ya es 7 de marzo del 2013, pues (así sí). Faltan apenas 9 días para ponerle otra rayita a la pared que contabiliza mis años vivo. 25 años de vivir, y a comenzar el 26. Está bien, creo que no lo he hecho tan mal ni tengo mucho de qué quejarme. He aprendido algunas cosillas y olvidado lo que tenía que olvidar. A veces me pasa al revés pero estoy consciente y lo remedio, trato de remediarlo.

Lo que más me intriga es el día previo a mi cumpleaños, ese quince que evita pasar de noche el "memorable día" posterior. Ya va a ser un año de aquel café no robado, del confeti hasta en los calcetines, de sorpresas mal ejecutadas y de otras más gratas, aunque insospechadas.

Más que intrigarme, me preocupa.

Cómo pasa tanto en tan poco tiempo, cómo cambia, más rápido todavía. He sido todas las V escritas, el hombro para llorar, panchero, payo/payaso, de mal corazón, el querido bonitamente, el  chillón, celoso, niña, parangaricutirimicuador, cochinilla, tosco, bruto, el que no sabe cuándo tiene hambre o cansancio, el de "pues a ver qué pasa", el de "pasó mucho y quiero ‘algo contigo’", el lazarillo, sus ojos, el clavo, el soñado, el que no tiene enfermedad terminal (pero si la tuviera...), el contagioso, sandwichero, impuntual, el hostigoso que no hostiga, el que escribe bien, el que escribe para ella, el torpe, el mentiroso, el enamorado, el que arruina días, el que causa risa, el que tropieza pero sólo ve caer, el que sostiene o levanta, el que hace enojar, el que recuerda casi todo pero olvida lo que no debería, el que se pierde, el intolerante al apio-guayaba-betabel-etc., el que toma porque le gusta verme, el que pide clases de poesía, el que recita, el que desafina cantando y tiene sueños recurrentes, el asaltado por obra de un sueño, el que dice "todo es mental" y no deja de tiritar por frío y nervios, el que no para de escribir y dice todo a medias, el que no deja de ver el reloj, sin sueño, mientras cuenta las horas para volver a verla; he sido eso y más, todo y nada...y nada.

Pues sí, a esta hora sólo atino recordar y soñar despierto. Queda pensar que he sido todo eso y que quiero seguir/volver a serlo, todo lo bueno.

Puedo decir con la mayor de las sonrisas, y a la vez con un coraje que me cala hasta los huesos (más que cuando por el frío a ella se le entumen y se queja sin remedio), que he aprendido mucho: la lección del año, por llamarlo de alguna manera.

Espero poder demostrarme, y demostrarle, que un año no fue en vano, que la rosa no se marchita, que ya no tiene espinas.

Lizette Cisneros, gracias totales, sinceras e infinitas. Hace casi un año comenzó lo que sería la más óptima experiencia, el sueño perfecto, la clase no soñada, ideal, el poema más raro y maravilloso, el sentimiento más puro, convencido de que no ha de acabar.

Gracias, espero que después de tanto/tan poco tiempo, también puedas decir que la mayoría fue muy bueno. Para mí fue optimísimo, eso no existe pero no importa, tú tampoco existías y mira: ya no me puedo saber sin ti, sin estas 51 semanas de conocerte, de recrearnos, desencontrarnos y volvernos a ver...después de ese primer sentir tus labios contigo entre mis brazos.

Quizá peco de cursi, meloso o nostálgico, seguro sí, ya me sabes, quizá mejor que cualquiera, casi tanto como yo mismo, quizá no. Creo que he pecado de otras cosas más graves, ya no lo haré, el único pecado que me interesa es el de estar bien y a tu lado, siempre. Ni sé si sea pecado, pero no importa, ya pecaremos juntos, espero, y espero que sea por mucho tiempo.

Esto empezó como una publicación en mi muro, luego como una publicación en el tuyo, amagó con volverse un mensaje y terminó sintiéndose más cómodo aquí, aunque ya no haya internet y no sé a qué hora será publicado esto. En realidad no importa, el chiste es que leas y recordarte este sentir que por ti siempre habrá de existir.

No sé qué pasará después, y en realidad no tiene mayor sentido este día o aquel, lo único que quiero, y con todas mis fuerzas deseo, es que tú estés en él, y en aquel, y al otro, y al otro. Quédate. No dejes de ser mi noche.

No hay más: Te amo Lizette.

[Iba a poner la de Fanny, pero tú tienes la mejor versión]