27.3.14

De utopías

¡Guerra! ¡Inicia la guerra de Crimea!, algo así hubieran leído si este 27 de marzo fuera el de 1854. Ahora que tengo su atención...

Victor Hugo dijo: “La utopía es la verdad del futuro” y recuerdo el libro que estuve leyendo, en él se decía que nos han vendido la idea de que no hay utopía que valga, que lo mejor es centrarse en el hoy y ser productivo, que los sueños son para ociosos buenos para nada.

Utopías, palabra que ha resonado en mi cabeza con muchas voces. Me encuentro con una carta que un aficionado "chiva" manda a Aristegui, dice que la policía provocó y ellos no aguantaron tanto y respondieron.

Leo que esos policías militarizados también llamados granaderos irrumpieron en Ciudad Universitaria y veo una foto donde se ven persiguiendo a supuestos "okupas" en Las islas. Que si la autonomía, que si el auditorio Che Guevara, que si la intención de privatizar la educación sigue latente...

Que en Quintana Roo, como en Guadalajara y el propio D.F., se busca prohibir las manifestaciones, que habría horarios, lugares, motivos.

Que hay toque de queda en varios lugares del país; que las autodefensas de Michoacán siguen haciendo lo que el Estado no hace.

Que el golpeo mediático y directo sigue contra el gobierno democrático de Venezuela; que mucho alboroto por Crimea cuando por Puerto Rico nadie castigó a Estados Unidos.

Que, lo dijeron dos veces en el foro al que asistí hoy en el Centro, la ciudadanía debe recuperar el Centro Histórico, crear su utopía y contraponerla con lo que parece ser, así lo dijeron, la disneylandización del Centro.

Que la cultura esta en manos de gente incompetente, sin un interés por aquellas manifestaciones que no incluyan signos de dolar en su propuesta. Pero que hay gente que resiste y se indigna. Aprovecho el centenario de Paz para citar a Fuentes: "Entre Paz y yo se cruzó una cucaracha ambiciosa", clara referencia a ese "liberal tropical" (así como él se refiere a los de izquierda) que es Krauze y su monopolio curiosamente llamado "Letras libres".

En fin, sin duda olvidaré algún acontecimiento, alguna resistencia pero, creo, sobran ejemplos. Resistencia hay, búsqueda de cambios (más o menos trascendentes, cada quien dirá a qué se suma o qué propone) y Dignidad, esa palabra que, Mengana mía, no pueden ni deben arrebatarnos.

"En el momento cuando la postmodernidad académica ha agotado todo lo que tenía que decir, o sea nada, la utopía tiene la palabra..."



17.3.14

Marzo de 2014

Quince y once, treinta menos cuatro, trece y trece: mala suerte, no se puede hacer una combinación de traje y corbata con mi nueva edad. Lo bueno es que sólo debo cargar con ella 365 días. 
Nunca falta alguien que te pregunte qué se siente tener X edad, ser un año más viejo, estar más cerca de los 30, de la muerte (insensibles); o más lejos de la infancia, de los 15, de poder decir "cuando sea grande...", de que te digan chavo. Lo cierto es que a pesar de que me han preguntado esto tantas veces sigo sin tener una respuesta divertida, original, ocurrente, eficaz, qué sé yo. Siempre digo "nada", y nada más.

Estoy buscando respuestas y sólo surgen más preguntas. De entrada apelo al vox populi, a que cada nuevo año sirve para renovarse, para dejar lo que haya que dejar y continuar con aquello que lo amerite. Bonito pretexto para retomar esta bitácora, este blog de ideas sueltas. Quizá sólo debo atender esa canción que con mucha sabiduría dice "...que sembrará flores, que saliera al campo a buscar amores", parece una buena idea: crear y tener con quien compartir, trabajar y entregarse, cantar.

A ratos me parece curioso (por no decir torpe) esta fe ciega que tenemos acerca de que cada 365 días (o 66, bendita lentitud terrestre) se repite, de alguna manera, el momento preciso en que el doctor, por lo que he aprendido en la televisión, le dice a nuestras madres "fue niño(a)". En este caso, el mío, han pasado muchas cosas desde esa nalgada número 25 y la de ayer. Pero también, al mismo tiempo, ha pasado muy poco. No me baño en el mismo río pero el agua me recorre de la misma manera.

Tal vez deba sentir algo especial y único por estas 26 primaveras que siempre llegan 5 días después. La verdad es que el segundero del reloj me sigue molestando y agradando de la misma manera, siempre depende del momento y la situación; el espejo refleja de manera implacable por imperceptible, para mí, el paso de los años, nunca me entero sino hasta que alguien me lo hace notar; la crisis se da siempre (grande o chiquita), no hasta los 40 o los 50, la incertidumbre de hacer bien y lo suficiente, de qué se hará después, de que sucederá, de qué es la vida a fin de cuentas está ahí siempre; las dudas, los temores, la confianza, las sonrisas, los motivos para reír y llorar, para cantar y reflexionar se hacen presentes cada año, cada día, para ser precisos

A fin de cuentas quizá mi respuesta no sea tan errada, ¿qué siento, qué pienso, qué pasa? Nada, nada es lo que pasa porque siempre pasa todo. O mejor dicho, y citando el título que lleva un libro de Juan Bañuelos: "Vivo, eso sucede".

Saludos y espero que nos estemos leyendo de manera más o menos frecuente. Y nada, a insistir sin claudicar, a reinventarse, a soñar.

Equívocos

Cómo esperas que no me equivoque si todavía prendo un cigarro y me marea como la primera vez, si sigo llegando tarde a todos lados por esa sensación de volar, jugar y hablar que se pega a las sábanas.

Cómo dejaré de equivocarme si creo en los papás el seis de enero, si la misma canción sigue haciéndome llorar, si me muerdo los dedos sin parar.

Cómo hacerlo todo bien si me trabo al hablar, si pienso de más y mal, si todavía creo en eso del amor, si mi corazón no deja de palpitar.

Quizá fue...

Quizá fue el impulso del momento, tal vez, simplemente estallaron los recuerdos. No sé de dónde sacaste valor, no sé por qué ya me lo esperaba y, repentinamente, una pistola en tu mano, un vacío en mi corazón, un hueco que jamás podrá sanar: pólvora ganando la partida. Enseguida, con los segundos que me quedaban, te vi arrodillada, pistola en el suelo y arrepentimiento escurriendo por tus ojos.

Ahora espero que estés bien, no creo que olvides enseguida pero ya, trata de dormir, no dejes de comer. Una vez me dijiste que hay amores que matan, pero una muerto por ahora es suficiente. Por favor cuídate, yo no estoy tan mal, comprobé que Dios no existe, aunque el cielo y el infierno son una realidad. No sé dónde me encuentro, parece que no pertenezco a ningún lugar, todo es negro, todo es frío, no hay gente, no hay a donde ir...

[Tenía que escribir lo de esa hojita pa poder tirarla. Debí haber escrito esto, no sé, hace como 7 años, quizá más. No tiene título.]

Sueños

I. Carpintero

Ahí estabas,
sin rostro,
pasado,
sin historia.

Uno por uno,
cada crac
te fijaba al suelo
aplanaba tus dedos.

No sé qué hiciste, ni sé qué dejaste de hacer, pero cada martillazo dibujaba en mi rostro un poquito de placer.


II. Persecución

La tarde era oscura, tibia,
las ciudad criminal como siempre
te acorrala, te hace pensar,
¿por cuál calle conviene caminar?

Enfrente la estación del metro,
da igual su nombre y color
camino temeroso, con prisa,
y dos sombras surgen
las esperaba ¿cómo no?

Corro, me alcanzan,
no hay más qué hacer,
distingo malos rostros
y peores intenciones,
todo se trata de matar o morir...

Y una patada lo define todo, son más las ganas de salir bien librado que el convencimiento de obtener lograrlo...
Despierto y entiendo que no hace falta patear sino sonreír, que entre sombras fantasmas sólo a quien se quiere se puede herir.


III. Zodiaco

No nací entre el 22
de junio
y el 22 de julio
sin embargo,
a pesar de todo,
la sentencia fue breve
y mortal:
cáncer.

...y nada más.


IV. CEP Las bombas

Duermes, sueñas con ellos,
con todos, con ella,
te sabes seguro,
intocable,
inalcanzable...
alguien abre tu puerta,
no lo reconoces pero
hueles el peligro,
es la muerte
que a cada instante
acecha.

De los gordos

(jamoncillos borrachos
con los labios glaseados,
semáforos ya sin luz
y almíbar en las manos),
como algodones dejados
al arbitrio de los vientos,
serán los cielos.


9 de marzo de 2014
[Inspirado en charlas de viernes y rollos de guayaba que no se acaban]