28.9.14

28/09/2014

Llegaste con la segunda guerra implacable,
con la independencia y teñiste de esperanza todo,
con la muerte de Neruda y los versos no pararon.

Cuál es tu colmo, y como me colmas
Las sonrisas esperan tu llegada y desean
nunca más te vayas, soplo las velitas y pido por ti
y por todos, los que te conocen y los que aún viven sin saber,
porque lo óptimo nos cuesta la vida y lo terrible,
lo más terrible es impagable, inexplicable
y estos versos de abrazo y ausencia,
de dolor y esperanza en otoño no bastan

Brindo por ti y pido
una piña colada, un mentolado,
una diana y puntería;
paciencia, paciencia,
en dos horas estás lista.

Dos temporadas de naranja

Llegó como llegan las cosas que no tienen mucho sentido, no es cierto, así no dice la canción. "Orange is the New Black" llegó por casualidad, yo toqué una puerta y tras una breve espera recibí respuesta, no me dejaron afuera aunque tampoco provoqué que la serie dejará de adueñarse de la pantalla y la habitación.

Se estrenó el año pasado, yo llegué para el capítulo cuatro, tal vez cinco. Una chava se encargaba de mover dinero proveniente de las drogas (tan bonita isla que es esa) hasta que cae presa. La serie está basada en un libro y apenas lleva dos temporadas. 

Básicamente trata sobre la vida de esta mujer, interpretada por Taylor Schilling (no, tampoco la conozco), en la cárcel. Como no puede faltar el triángulo amoroso, les adelanto que ella tenía una relación lésbica con Alex, la conocida (ella sí) Laura Prepon, sospecho que la conocerán; ah, y al momento de entrar a la prisión está comprometida con Larry (el famoso aunque no de mi agrado, Jason Biggs).

Después de que me pusieran al tanto de lo ocurrido y de ver un capítulo dije "no está mal, habrá que seguirle", y pues me chute las dos temporadas en menos de una semana.

Es una serie comediosa y medio dramática. Conforme pasan los episodios se cuenta la historia de alguna de las presas, ya saben, la latina, la transexual, la rusa mafiosa... no se las voy a contar. La mayoría de los capítulos terminan de tal manera que te quedas con el pendiente de qué va a pasar, y te sigues con el próximo, aunque no duermas, ja.

La primera temporada es bastante buena; la segunda empieza bien pero decae un poco, no sé si tenga que ver que Donna (Laura Prepon, pues) aparece menos y es reemplazada por la historia no tan bien lograda de la reclusa Vee, mujer de color que ya había estado presa anteriormente y que llega a querer organizar y mandar las cosas como en los viejos tiempos, old school.

Medio me queda la impresión de que la serie va más enfocada al público femenino, pero si yo la disfrute cualquiera puede hacerlo, y no, no sé qué significa lo que acabo de escribir. Se supone que ya está asegurada la tercera temporada, habrá que esperar y ver si retoma el bonito rumbo que me hizo clavarme con ella.

Y creo que es lo que les quería comentar sobre la serie, quizá hubiera podido hablar mejor y más pero entre la serie y estas líneas se me metieron seis temporadas de una historia en Jersey... de cualquier manera, y por si les preocupa, la canción de la serie es buena y aquí se las dejo, de Regina Spektor:




27.9.14

La llamada de Los Simpson

Hace unas semanas estuve viendo Los Simpson. Vi todos los capítulos de la primera temporada y debo admitir que había muchas cosas que no recordaba, muchas risas y momentos que resurgieron en mi cabeza. Yo apenas tenía tres años cuando se estrenó en México y ahora es casi imposible que transmitan esos episodios en la televisión, cómo no me iba a llegar la nostalgia, Recordé que al menos una vez me tocó ver la serie en cada una de las casas en las que he estado, tíos, abuelos, conocidos, tal vez haya alguna excepción, no todo es perfecto.

El primer capítulo es el de la llegada de Ayudante de Santa, mejor conocido como Huesos, luego me enteré de que el primero original era el de la niñera ladrona pero al final lo pasaron al final (en éste no sale Huesos ni Bola de Nieve, y los personajes son raros, Barney güero, por ejemplo). La impresión que tuve, apenas avanzados un par de capítulos, fue que ojalá los Simpson fueran todavía lo que solían ser, supongo que después de veintitantos años uno ya no es el mismo y no suele mejorar.

Malo si lo haces, malo si no lo haces; esto no se acaba hasta que cante la gorda...

Desde el principio Homero fue torpe en su relación marital. Apenas empezaba la serie y ya había acabado en el psiquiatra junto con toda la familia; ya lo habían capturado en una foto comprometedora con una bailarina exótica; ya había tenido la excelente idea de regalar bolas de boliche en los cumpleaños.

No sé ni para qué cuento esto, estoy seguro de que poca gente me lee (aunque parece que ahora me leen más que cuando me hago promoción, aunque, según blogger, la mayoría de mis lectores son chinos y estadunidenses), y sospecho que los que me leen tienen la edad suficiente como para recordar los zapatos muy grandes de Bob Patiño, o la ausencia de tantos aparatos y artistas que ahora inundan la serie de los amarillos. En aquel entonces bastaba cortar la cabeza del padre fundador, un blusero sin dentista o una casa rodante para pasarla bien. Qué más da...

"Soy un soldado temerario, para comer no tengo horario."

La depresión de Lisa y Un momento de decisión fueron los capítulos que más me gustaron, al menos los que más me conmovieron, curiosamente los dos tienen un final musical. Les dejo uno de ellos, apenas me enteré de que es referencia a una película, yo sólo identifiqué que todavía no era LA CANCIÓN, con versales, de Homero y Marge, ya les contaré más (y con suerte de mejor manera), sobre las demás temporadas (al menos hasta que dejen de ser tan buenas, por ahí de la 16-18).

Ah, también me parece curioso ver a Burns llorando.

Quién diría que Richard Gere no siempre actuó de viejo y que Joe Cocker no sólo canta la de Los años maravillosos...