27.10.14

Calaverita I (mundialera)

Desde ultratumba, queridos,
vengo a mi historia contar:
es la tragedia de junio,
la una en punto, hora local.

Es un domingo familiar,
hay botana, café y pan,
millones de esperanzados
el partido va a comenzar.

Entre tanto alboroto anda
la parca toda de negro,
espera el momento exacto
para el masivo sepelio.

Después de mucha lucha,
de patadas, gritos: juego,
pisé por fin el terreno:
México anotó primero.

La muerte no lo esperaba,
Giovani no lo creía,
el quinto partido estaba
a la vuelta de la esquina.

Después, orden divino,
el no creérsela, temor,
tras la euforia Piojo ordena:
once a cuidar el marcador

Sneijder al ochenta y siete,
dispara fuerte y sin marca,
la parca retoma aliento,
¿a quién le toca guadaña?

México: cae la esperanza,
yo llego de nuevo,
de la mano de un clavado,
¡penalti!, dice el de negro.

Coraje y lamentos llegan,
del inframundo hasta el cielo,
¡puuuto! repiten en coro,
once pasos, ay, el duelo...

El clavadista con saña,
marca a millones su destino:
"el mundial se les acaba",
el dolor es infinito.

La parca con gran sonrisa
marca el gol, fin del partido:
"Holanda avanza y los de verde,
para variar, vienen conmigo."

Faltó poquito, sólo un gol,
a la otra la armamos: final
destino es ser campeón.
se repiten con harta
y vana y santa devoción.

La muerte ríe incontenible,
y cien millones entre llanto,
repiten tristes desesperanzados
no era penal, nos han robado.

23.10.14

Vivos se los llevaron

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez...

La manifestación del 22 de octubre (feliz cumpleaños a mi hermano) empezó a las seis, encabezada por padres de los normalistas desaparecidos en Ayotzinapa. El sonido de una camioneta anunciaba el orden de los contingentes. Comenzaron a avanzar lentamente mientras contingentes de diferentes escuelas continuaban llegando. Frente a mí pasa la UAM Iztapalapa, alcanzo a ver a uno de mis vecinos; detrás el INBA aparece, realizan un pequeño performance mientras esperan su turno para avanzar. "Parece mentira, llego contaduria", gritan un pequeño grupo de la UNAM que hace su arribo. Sobre la banqueta, supongo que para unirse con los demás normalistas que encabezaban la marcha, llegan varias escuelas normalistas, los más animados son los de Educación Física, yo también traigo silbato, pienso, mientras los miro pasar al tiempo que a nuestros pies un estencil pinta con negro "Vivos se los llevaron, vivos los queremos", o algo así.

once, doce, trece, catorce, quince, dieciséis, diecisiete, dieciocho, diecinueve, veinte...

Los contingente siguen tratando de avanzar y de agruparse para, por fin, salir rumbo al Zócalo. Son como las siete de la tarde y comienzan a encender antorchas, todavía frente al ángel. Es tanta gente que el tiempo quietos parece interminable, sin embargo los gritos continúan y el animo parece no menguar. El contingente de las distintas UAM se reune y sigue rodeando al ángel; finalmente, después de dos horas, ya están donde empezaron pero con rumbo al Zócalo. Es el último contingente, detrás sólo hay noche y algunas personas de limpieza que quieren terminar su trabajo temprano.

veintiuno, veintidós, veintitrés, veinticuatro, veinticinco, veintiséis, veintisiete, veintiocho, veintinueve, treinta...

Un par de glorietas más adelante se escucha un shhh que impone el silencio a toda la manifestación. Sólo silencio, veladoras y los pasos que algunos acentúan, se estremece la vida. Algunos levantan el puño o hacen la V de la victoria, De pronto el silencio se rompe de golpe, pienso en los disparos que a veces escucho desde mi casa entrada la madrugada, "Vivos se los llevaron, vivos los queremos", grito unisono que inunda Reforma, de a poco, contingente por contingente, indignación por indignación nos sumamos todos al mismo grito. Más de dos horas caminando y hasta entonces las piernas se vuelven frágiles. Entonces el silencio se vuelve total de nuevo, observo algunas pintas en bancos y edificios, otros rostros familiares de la escuela, pasos y más pasos.

treinta y uno, treinta y dos, treinta y tres, treinta y cuatro, treinta y cinco, treinta y seis, treinta y siete, treinta y ocho, treinta y nueve, cuarenta.

Llegamos a la Alameda, junto a mí, sobre la banqueta una señora nos observa acompañada por dos niñas, levantan una mano, la señora, con la otra, sostiene una veladora, y llora, llora como si los desaparecidos fueran suyos, como si los manifestantes la representaran, como quien se niega a vivir en dolor, llora.

El silencio se convierte en gritos, fuera Aguirre, fuera Peña, alerta, alerta... Frente a Bellas Artes chavos del INBA realizan algún acto, el paso rumbo al Zócalo sigue lento pero la mayoría persiste, los menos salen rumbo al metro, rumbo a sus casas, ellos sí, rumbo a casa.

Se escucha un cristalazo en 5 de febrero, contra Bancomer, enseguida chiflidos y gritos en contra, no pasa a mayores (ni arrojan una veladora adentro como sugiero). A una cuadra del Zócalo el silencio reina de nuevo: veladoras y puños encendidos contra la noche y la impotencia se levantan, a los costados flashes, aplausos y miradas contagiadas de dolor. Nos recibe un Zócalo a medio llenar, la gente comenzaba el regreso mientras nosotros seguíamos caminando. Hay veladoras rodeando fotos de los 43 desaparecidos. Llegamos, al fin, son casi las once de la noche y aún había mucha gente: "...a la cachi cachi porra, pim pom, pim pom porra, UAM, UAM, ¡Gloria!" nos recibe un grupo del IPN. Aplausos, gritos y silbidos.

cuarenta y uno, cuarenta y dos, cuarenta y tres...

Minutos después, veladoras colocadas y contingente reunido, se emprende el regreso. Muchos permanecen en la plancha, más tarde me entero que un letrero enorme de "Fue el estado" se coloca en el Zócalo. Nosotros hacemos "metro popular", nadie paga, todos pasan. Después de más de cuatro horas los ánimos no decaen.

¡Justicia!


[Termina la manifestación y queda un sabor dulce-amargo. El intento es honesto, la acción comprometida pero la efectividad del mismo lo pone a uno a pensar. Habrá que radicalizar las acciones, los cristales son daños colaterales, como ellos dicen, se deben cambiar de fondo la cosas. Que sindicatos se sumen, que AMLO, ojalá, se dejara de tonterías y medias tintas, que la sociedad actúe, aún queda mucho, demasiado, por hacer. Por lo pronto creo que marchar con tantos, para comprobar que se camina de la mano de tantos dolores y búsquedas de justicia es grato, queda mucho por hacer.]

¡Vivos los queremos!

#Ayotzinapa
#TodosSomosAyotzinapa
#22deOctubre2014
#Faltan43

"Nos quieren en soledad nos tendrán en común"
Nacho Vegas, firmante de la carta de académicos y artistas
 que exigen solución al caso de los 43 desaparecidos en Ayotzinapa

11.10.14

Una bolsa extraviada. Variaciones

El metro llega a su destino, dan la orden de que nadie permanezca dentro de él, todos salen apresurados, espera el joven y sale al final junto con un señor. Ambos ven una bolsa con frutas debajo del asiento, se miran, el señor dice: "uy, a alguien se le olvidó el mandado con todo y manzanas". Después no está tan seguro sobre lo que pasa...

1.Se dan la mano, con la mirada, uno toma la bolsa y el otro camina a su lado. No hablan mucho, medio lamentan el olvido ajeno y medio celebran el hallazgo fortuito, en los torniquetes se reparten el botín: manzanas, peras y un par de mangos, se dan la mano, con la mano, y cada uno sigue su camino.

2.El señor se apresura a tomar el bolso, él trata de seguirle el paso, le dice algo, "yo la vi primero, suerte para la próxima", escucha como única respuesta. Se apresura a caminar y de inmediato lo pierde de vista. Quizá era fruta podrida. Consuelo.

3.El señor toma la bolsa aún medio sorprendido. En la puerta un policía vigila que nadie se quedé adentro, lo mira, extiende la mano y le dice "trae pa' cá que es de objetos perdidos". El señor pregunta dónde queda eso y el policía le responde que no tenga cuidado, que él se hará cargo. El señor sigue su camino, el policía frota una manzana contra su uniforme antes de darle una mordida, el joven sólo observa y camina.

4.El joven no se decide y sale, mira de reojo, el señor le entrega la bolsa al policía. Más adelante, entre el mar de gente, el joven ve a una señora de cabello cano, recuerda que ella estaba sentada en ese sitio, se apresura, esquiva gente y, al final de los escalones la alcanza: "Señora, disculpe... ¿no olvidó una bolsa con manzanas?", ella revisa sus manos, carga una bolsa en cada una, "Creo que no...", "Es que dejó una bolsa abajo de su asiento, la tiene un policía, si quiere la acompaño, o vaya, ahí debe seguir", "uy, muchas gracias, hijo, pero tengo prisa, ya me están esperando en casa y no sé...", "Si quiere la acompaño, o la ayudo con esas bolsas, para que no vaya cargando de regreso", "No mijito, muchas gracias, de verdad, mejor así me voy, pero gracias, que Dios te bendiga", "Bueno, hasta luego, que le vaya bien".

5.El policía reclama la bolsa, no es de ustedes, dice. Más adelante una viejita camina con bolsas en las manos. El joven le alcanza y le explica su posible olvido. Ella prefiere no regresar, agradece y se va, acelera el paso. Atrás se escuchan gritos, el policía forcejea con el señor, pide refuerzos y lo someten. Levantan cargos en su contra, no eran sólo manzanas lo de esa bolsa "olvidada". El joven también acelera el paso.

6.El joven toma la bolsa, ni come tanta fruta pero mejor que alguno de esos animales que luego rondan por ahí. Toma una manzana, se la ofrece al poli, toma otra, la limpia y se la regala a la sonrisa con piernas bonitas. Baja las escaleras y un invidente pide indicación, él lo orienta y le da otra manzana. Le quedan pocas y las ofrece a una familia, le sonríen, no aceptan, lo insultan un poco (no son necesitados) y se alejan. Se rinde y las guarda en la mochila, se aparta una, la muerde... carajo, están por dentro podridas.

7.El señor y el joven sacan su teléfono inteligente, uno tuitea el extravío, el otro publica en su muro, con todo y foto, el descuido de algún "pobre desgraciado". Siete retuits, un kilo de likes, y el tren con todo y bolsa se pierde en la oscuridad.

8.El señor grita que alguien olvidó la bolsa, el joven le hace coro. Llegan más policías, cercan la zona y a los pocos minutos hay un operativo con todo y federales. Es culpa de la oposición, una crítica al sistema, un performance que no le gustará a Mancera, el pánico cunde, unos llaman a sus familiares, otros graban cuanto pueden, los polis a decomisar celulares, "Aquí no pasa nada, sigan caminando, no se detengan, avancen, avancen..."

9.No se deciden, caminan indiferentes. Contra la marea lucha una anciana, a empujones y con trabajo se mete de nuevo al vagón. Toma la bolsa aliviada pero las puertas se cierran y el tren se aleja. Nadie sabe quién era, no se vuelve a saber de ella.

10.Aparecen siete enanos, ven las manzanas y se quejan de un tema trillado, las toman, las tiran y colorín colorado...


Y como Kabeza hace, sólo me queda añadir: porcentaje de realidad: 100%, pero deben elegir cuál.