8.6.09

Y que...

-Me gustan sus traumas- confesó al anciano que lo miraba desde que cayó el sol detras de la taberna.
-Incluso cuando se volcan sobre mi como inconciente o como queriendo asfixiarme por completo, es una muestra de afecto poco común pero significativa sin duda, aunque a veces pareciera que todo es para no sentirse mal consigo misma, y eso me preocupa, me parece que soy su escape de si misma, como si las ganas de meterse un taladro en el cuello se apoderaran de ella con demasiada frecuencia, tal vez tratando de sacarse algo que se niega a abandonarla y no tuviera otra forma de reprimirse, que conmigo...y no me molesta, casí...

-creo que has perdido la razón amigo-. se limito a contestarle su casi senil confidente.

-Si, supongo que mi cordura esta por debajo de los estandares pero no me molesta, me gusta ser participe de su neurosis y estallar a su lado cada que lo cree conveniente...no toleraria que fuera de otra forma, con alguien que no fuera yo...

-Y cual es el problema entonces?

-Ella lo pidió, le dije que no era buena idea pero no me escucho y cada vez me lo pedia mas fuerte, gritaba y los vecinos golpeaban la pared, yo no queria pero su petición se volvio exigencia, ya no era ella, y a ella, la nueva, no la amaba, ni sus traumas me parecian aquella peculiar muestra de afecto, a ella si podia concederle su deseo, esa exigencia que al final me dio tanta paz como a los vecinos que dejaron de reprocharnos el escandalo...al final ella descanso tranquila, y yo...yo extrañaré los reproches pero siempre habra alguien que llene el vacio, que me haga sentir en paz conmigo mismo, aunque a veces trataré de perforarme la garganta sin duda...

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