9.8.13

Próxima estación, esperanza.

Viajas en combi rumbo al sur. Frente a tí una señora se sienta. Ya no hay lugares. Tu vista se escurre por todos los pasajeros. La última llama tu atención. Su mano derecha tiene una marca. Dedo anular. 

Y empieza una canción en el radio. Te hacen escucharla tanto. No te gusta. Es banda y boba. Y cursi. Le prestas más atención de la debida. A veces todo es maravillosamente extraño. Te llega la música. Te acuerdas. Comienza a brotar algo parecido a una lágrima. Levantas la mirada despacio. La ves. Llora. 

Finalmente entiendes, revisas tu mano derecha. No tiene marca alguna. Sí es una lágrima.


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