17.11.14

Coriolano I

Que caiga sobre ustedes la peste negra... en La tempestad la peste es roja pero igual me acuerdo. La obra es Coriolano, de Shakespeare, hace unas semanas fue la adaptación de Günter Grass, ahora tocó el turno a la versión original. Tres horas dura y lo deja a uno pensando un poco más.

La versión de Grass (deberían verla, en serio) se desarrolla en la Alemania comunista, la original en Roma. A pesar de las modificaciones leves que sufre para ser presentada en el teatro, situado a un par de calles del monumento a la revolución, hay diálogos que le llegan a uno, a pesar de la distancia temporal.

A pesar de las patadas que recibía impunemente mi asiento por la espalda (¿por dónde más?) y del concierto de envolturas de alimentos, papitas, pistaches, pásele, pásele, la obra me gustó. Al final, no podía esperar menos en un recinto que te recibe con una manta en protesta por su inminente desaparición, una de las actrices se posó al frente del escenario y leyó un comunicado al que se suscriben todos los miembros de la Compañía Nacional de Teatro. Ellos sí lo llaman crimen de Estado, piden la entrega con vida de los 43 normalistas y castigo a los culpables de los tres poderes de la nación. En las primeras filas, había 43 lugares desocupados, no vacíos, llenos de coraje y esperanza con las fotos de los normalistas de Ayotzinapa. "Nos sumamos al clamor popular y justo: ¡Vivos se los llevaron...!", "¡Vivos los queremos!", respondió el público al tiempo que mi piel se enchinaba y buscaba a dónde desviar la mirada para no ponerme a chillar.

Faltaría ver la versión de Bertolt Brecht, Mientras la de Grass sigue siendo la mejor, para mí, pero bueno, yo sólo soy un dedo gordo del píe.

#AyotzinapaSomosTodos

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