11.6.14

Nunca fui portero

También, como Ignacio González, no el futbolista (aunque no juega nmal el león guanajuatense), he buscado mancarme de alguna manera. Resultó que ya estaba bastante mancado y no había mucho por hacer.
   Por acá me recuerdan que apenas falta una semana (hoy un par de días) para que dé inicio la justa mundialista del deporte más hermoso del mundo. En la banca estoy y me siento manco. Sospecho que la mitad de la selección (mexicana al menos) se siente igual. De qué otra manera se podría sentir ese breve ejército que sabe las ilusiones de un pueblo desilusionado sobre sus hombros.
   Los hacen creer gigantes cuando en realidad son apenas molinos de viento, de esos que resultan imprescindibles pero infactibles en la tierra que del oro negro (ese desgastado y en vías de extinción) depende tanto.
   Me quise mancar y me descubrí en un país de mancos. Y todos saben que en país de mancos el portero es rey. Pero, aun así, me quise manco y la realidad me dio un balonazo en el rostro, rostro egoísta y de frágil memoria.; pero, qué se puede esperar de alguien que vive en un país que apenas sabe medio escribir y medio leer. Habría que empezar por el ABC que nos enseñaban en la primaria, o antes.
   Pero no hay manera, saltamos de la guardería al mentado bullyng, de las reformas a los circos, de los halconazos al chisme de los espectáculos. Cuánto por recordar, cuanto que se nos pasa de la noche al alba. Incluso esta entrada en mi blog a ratos se me presenta más como un berrinche por no tener mi álbum mundialista que como otra cosa. Cada quien se manca como puede y como su situación se lo permite.



Ya habrá otro espacio para divagar, por ahora mi cabeza ya sólo atina a repetir una cancioncita que escuché en la primaria. Es curioso, según Youtube (después de 16 años la vuelvo a escuchar), la canción que un compañero mayor que yo por dos años cantaba mientras estábamos formados para participar en una justa, no mundialista sino “del conocimiento”, tenía cuatro años de antigüedad. Supongo que fue un éxito enorme y por eso duró tanto tiempo en su cabeza. También sospecho que yo era más distraído o no prestaba atención a los comerciales de Tecate. Pero bueno, como dije, hasta la memoria la tenemos mancada. Como no soy envidioso, les dejo esa canción: 

Salud.

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