«Repentinamente, un estruendo sonó como si el precipicio se derrumbara sobre nuestras cabezas. Ese sonido partió y pulverizó la luminosidad, la calidez y la calma de aquel medio día, en un instante.
Cuando un jet cae hacia la tierra en picada desde una altura de diez mil metros y se acerca casi hasta el piso y luego eleva su nariz y regresa a la altura que tenía anteriormente, entonces la ola de sonido que origina sobre la tierra crea una enorme presión. Eso es lo que se llama un gorila aéreo.
La presión del terror todavía se movía convulsivamente en mi interior pues en un instante, mis límites fisiológicos habían sido rotos. Era un violento grito que no me dejaba. Sentía que mi cerebro estaba como dormido y duro en algún lugar. También sentía como si mi abdomen se hubiera salido de su lugar.»
Y nada, leí esto en Una luminosa oscuridad y lo entendí. Eres un gorila aéreo. Pero no te salves ni te apartes diez mil metros de aquí.
Que sople el viento divino* y te traiga de vuelta.
*Viento divino (Kamikaze). Se refiere a las tormentas que hundieron gran parte de la escuadra mongol cundo atacó la costa noroccidental de Japón, en los años 1274 y 1278. Gracias a aquel "viento divino" la invasión fracasó en ambas ocasiones. El mito del Kamikaze nunca fue olvidado por los japoneses. En octubre de 1944, cuando era evidente que la armada japonesa no podría impedir el desembarco americano en Filipinas, cinco pilotos japoneses realizaron el primer ataque suicida contra barcos de guerra americanos. Los pilotos suicidas se autoinmolaron con la mente puesta en el "viento divino" que había salvado a Japón
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