28.12.11
Navidades
13.10.11
Letritas creativas (parte 2)
1.La enfermedad es intratable la escribo, describo y acabo por borrarme.
2.Enfermedad perderte,
alivio soñarte tristeza ....
3.De papel te siento, sin tus letras me pierdo.
4.Tú piedra, yo papel....empate.
5.Como piedra de río, esperando que tus aguas me den forma.
6.Deseo, deseo...apareces.
7.Te pienso deseo, te descubro realidad.
8.De tu sexo nació la cama
de tus celos nació el amor.
9.Ladro tu nombre, no lo sé y espero te sientas aludida. Ladro...
10.Desdobla tu sentir y después la sábana
lo primero me hará feliz
la sábana no nos vaya a interrumpir.
11.Manos con suerte,
escalera real
ya quiero subir a verte.
12.Abecedario como en la primaria,
repitiendo una y otra vez,
mirando por debajo de las faldas.
13.Destino, te miro y no atino
sino a susurrarte que eres de todos,
mas no mio.
14.Besos que deseo y no consigo
los cerezos hace tiempo están marchitos.
15.Ella, tan efímera como la anterior
tan del olvido como la siguiente.
16.Infierno corrosivo, sobrehabitado
aunque ciertamente adictivo.
17.Desangrame, llévate parte de mi
y vuélvete poesía, así sea la más vulgar.
Eso es amor.
18.La muerte, qué cosa más parecida a ella
que tú y tu estúpido silencio.
17.9.11
De libélulas
Hoy no hay instrucciones ni mucho que decir...esta vez les comparto un proyecto del cual soy participe y del cual, si quieren, espero que ustedes lo sean también, a través de sus lecturas, sus comentarios, sus aportaciones. De la forma que ustedes lo prefieran. Ojalá lo revisen y permitan que la libélula expanda sus horizontes, tanto vuelo, tantas letras, tanto que decir merece, según mi humilde opinión, llegar más lejos cada vez.
Se trata de la Revista La Libélula, disfrútenla en este su número doce.
Aquí su página en facebook: http://www.facebook.com/RevistaLaLibelula
Hasta pronto.
26.8.11
Lloviznas y empapadas

18.8.11
Predicciones
Cuando despertaste te encontrabas sola, él ya se había marchado, el reloj marcaba las 10 a.m. y el sol se filtraba a través de las viejas cortinas. Te levantaste y fuiste hasta el baño sin notar que tus sandalias se encontraban en el pie equivocado, enjuagaste tu cara y con pasos lentos te dirigiste a la cocina. La costumbre te hizo preparar dos tazas de café, las bebiste ambas, el día pintaba caluroso, te estiraste tratando de desprender así, el último vestigio de aquel sueño, de tu cuerpo.
Él llegaría tarde, era viernes y siempre lo invitaban a comer, a tomar unos tragos. Tú ya estabas en la sala, con el remoto en la mano y cambiando automáticamente los canales, de antemano sabías que no encontrarías en ellos lo que necesitabas, marcas a tu madre pero no responde el teléfono.
Vas a tu vieja computadora y revisas lo de siempre, en el correo puras cadenas que te prometen el amor eterno, no las reenvías. Las redes sociales están llenas de gente ociosa, chismosa, de pronto a todo el mundo le gusta que estés aburrida al extremo, quince pulgares, siete comentarios, la mitad de ellos no tienen nada que ver contigo. Notas una nota extraña, la publicó alguien que no conoces pero que quiso ser tu amigo, obviamente aceptaste. Abres el link y te lleva a una trivia extraña que asegura predecir el futuro. Volteas a tu alrededor para confirmar que no hay una mejor opción para pasar el tiempo y la contestas. Cargando tus resultados, gracias por esperar….
Por fin llega quien alguna vez pensaste sería tu marido, ahora lo ves más como una compañía no del todo desagradable, a excepción de cuando llega ebrio o enojado de su trabajo, al parecer hoy se juntaron ambas cosas, trae cara de pocos amigos, quiere desquitarse con alguien así que comienza a reclamar por cualquier nimiedad, lo ignoras pero eso sólo lo enfurece más, está irreconocible, maldice y destroza lo que se le pone en frente, ahora tienes miedo, retrocedes pero la pared impide que sigas haciéndolo, tratas de calmarlo, en no para de reclamarte cosas que no entiendes. Violencia combatida con violencia nunca ha sido buena idea, te saca de tus casillas y ahora compites con él, a ver quién grita más duro, tu ganas pero el ya dirige su brazo derecho a tu rostro, no logras esquivarlo. Caes al piso y esté se tiñe de rojo, recibes una patada y el llanto te vence, el no quiere escucharte, se da la vuelta y te dice que es mejor que tomes tus cosas al tiempo que golpea la pared. Seguramente es el café doble el que no te permite tranquilizarte, te levantas temblando y abres la maleta, una lagrima cubierta con sangre es la primera en empacarse.
“Prepárate para emociones fuertes” decía tu predicción.
[pequeño relato que tuve que escribir para un curso virtual que imparte la UAM]
15.8.11
Al buen entendedor pocas palabras
De sangre tu recuerdo
mis manos tiemblan
roja es la culpa.
- El duelo llega al ganar y perderte
vacío y absurdo resulta no saberte.
- Palabras en duelo
te odio te quiero,
te sueño, y no pienso
llorar tu entierro
- De duelo en duelo
te gano y pierdo.
- Cura esas ganas de saberte
date un tiro, pega un grito
muerde este vacío que habito
- Mi cura,
un curado de ti.
- Cura mis vicios antes que la virtuosa muerte me tire por el precipicio.
- Esas curas no existen
esos curas...que cobardes,
que triste.
- El cura promete el cielo
¿ya llegué o está más adentro?
- Y si nos curamos con curitas corazón,
si enfermamos y perdemos la razón.
Dulce amargo, piedra, papel las cortas
chiras pelas.
- Si la cura no es tu cuerpo
y al mirarte sólo enfermo
- Lo-cura no tocarte.
30.6.11
TODOS LOS FUEGOS TU ALCOBA
Esto no es una salida. -Nacho Vegas.
De entre tus torres blancas
emerjo y me hundo infinitamente;
cien mil lenguas de viaje submarino,
salado el puerto de llegada, infectado
por las olas que sangran
tus afiladas lanzas trasnochadas.
Irene lo soñó sin duda,
angustiada e impotente aquel encuentro.
Una sabana infranqueable el coliseo,
para Marco una mirada basta
y que estalle todo en llamas
no queda nada.
Jeanne en paz se marcha y marchita
su amor prefiere unas piernas bonitas
una explosión, renovando el amor
el décimo piso enmudece
quince, veinticuatro nueve.
Entreguémonos pues al destino
muerde mi silencio extirpa los miedos
Roland y el procónsul esperan
descendamos ancla escudo en mano
ya hace un año estamos condenados.
Vladimir Villalobos López
Poema ganador del XII Congreso Estudiantil de Crítica e Investigación Literarias "Culturas Híbridas" CECIL 2011
Publicado en "Revista Libélula" Número. 4 Año 1
3.5.11
Revueltas
Llegué sin esperar demasiado, como buscando un libro que me llevo a un sanitario sin agua que me hizo caminar buscando un poco de ese liquido vital que ayudaría a sortear posibles dolores estomacales futuros. Había mucha gente esperando, llegaban jóvenes muy bien vestidos, yo me acerque un poco para saber "qué regalaban", un policía me saludo y me dijo que pasara, yo respondí el saludo con algo atorado en el pescuezo y mientras me quitaba ese símbolo de pubertad atrasada camine hacía donde me indicó.
Un pequeño folleto con la programación y algunos datos extra que no leí, una encuesta y una cortina abierta para que entrará al recinto. Era un auditorio o al menos lo intentaba, demasiados tubos, paredes de frío concreto, era una obra negra que todos decidieron llamar auditorio. Es gratis, pensé y bajé algunos escalones recordando a aquella persona, que no logro recordar diciéndome que todo evento es irrepetible, ya sea por el evento en si o por los espectadores, por el lugar que decidas tomar entre el público. Mire a mi alrededor y después de ver algunas caras largas, algunos asientos ocupados y algunos cuerpos femeninos que seguramente iban acompañados decidí sentarme en la fila de en medio, en una orilla junto a una señora que ante mi saludo, sólo atinó responderle con una cosa que imaginé sería su sonrisa.
Leí la encuesta, la llené para matar el tiempo y la encuesta se le adelanto al tiempo. Eché vistazos por todos lados buscando algo que sabía no iba a encontrar, pensé buscar un lugar más alto, la pereza y el cojincito tan cómodo del asiento me hicieron desistir. De golpe y sin preámbulos lanzaron la tercera llamada y algunas luces se fundieron en ese instante.
Los jóvenes ahora con su instrumento en mano y su agudo oído puesto en la afinación adecuada ya estaban completos, ya no lucían tan raros como cuando los miré afuera del lugar. Algunos muy bien vestidos, otros un poco más desaliñados, los primeros contaban con la presencia de sus padres que orgullosamente hablaban de ellos a mis espaldas. Que ganas de hablar bien de alguno sin siquiera conocerlo, pensé comentar algo con la señora que se estiraba junto a mi pero no quise interrumpir.
Entró el único señor, ese de la batuta sólo que sin la batuta y empezaron los aplausos, yo aplaudí más por el bullicio que por su elegante forma de caminar hasta el centro del entarimado. Ya con todos los asientos ocupados por los jóvenes interpretes noté que el escenario era realmente reducido, desde mi posición no veía....no sabía que no alcanzaba a ver aunque sonaba como un piano, los del extremo opuesto se perdían los cuatro contrabajos y algo más que mi falta de altura me impidió (que feo se lee "impidió") apreciar.
Comenzaron con la clásica canción del ratón Miguelito disfrazado de mago. Para ser tan jóvenes no se escuchaban nada mal, para vestir tan formales las señoritas tampoco se veían para nada mal. Todo estaba bien. A ratos cerraba los ojos y escuchaba aquel rostro concentrado con el violín bajo el hombro, aquella sonrisa de con tono de chelo me hizo pensarte inevitablemente. El piano invisible me recordó mi corta relación con la música, no lo veía, sólo escuchaba su eco detrás de aquel muro que nos separaba, es mi ineptitud pensé.
Las demás piezas siguieron siempre con una introducción de escandalosos aplausos y una conclusión similar. Yo cambio de posición y me concentro en la violinista, la miro tan fijamente que aún parpadeo y su silueta se asoma por mis parpados. Trato de que mi concentración en ella acabe con su concentración en la nota, en la cuerda, en sus partituras, no lo logro. Ella sigue impasible y yo me canso de mirarla con ese fin, ahora es simple y a la vez compleja admiración.
Aplaudo al principio sin ganas, un par de veces para que note que no me impresiono tan fácilmente, ella me mira, pienso que me mira y no mira nada. Mi estrategia falla. La siguiente ronda de aplausos lo mismo, ya en el segundo tiempo, diría alguien que no sabe de conciertos pero entiende un poco de fútbol, cambio de estrategia, ahora seré efusivo, aplaudiré lo más fuerte que mis manos largas, mas no de pianista, me permitan, mi alegría por sus notas causaran alguna reacción en ella y de paso en la señora de a lado que ya agacho la cabeza, cerró los ojos y sin pena sueña con ese baile de la juventud que alguna vez soñó y que tal vez tuvo, en el salón México quizás.
Acaba la pieza musical, se levantan y yo aplaudo como loco, alcanzo a ver una sonrisa dirigida a la zona en la que me encuentro, volteo hacía atrás para no adjudicarme esos dientes blancos absurdamente, no hay nadie más y en realidad hay muchos detrás de mi pero igualmente me los adjudico. La absurdidad no siempre es tan mala.
Así sigue el día y después del retorno del señor de la batuta un par de veces su saco se ha llenado de sudor y la función se da por concluida no sin una ultima ronda de aplausos, ahora acompañados de gritos y un par de chiflidos cortesía de los que dominan ese arte (menospreciado injustamente por la música "seria"). Esos dientes que ahora me resultan familiares se muestran, ya no es el chelo pero igual te pienso, como con el corno y la tuba, como con los platillos y las flautas. Me pongo de pie y aplaudo y sigo aplaudiendo hasta que no siento las manos, no dejo de mirar a esa señorita con el violín en la mano y la mirada siempre dirigida absurdamente a mi. Yo sonrío y ella también lo hace. Ella no me mira y yo tampoco la enfoco realmente. Aplaudo y los dos dejamos escapar una lágrima.
A veces a uno no lo escucha quien quisiera, a veces la música a solas no sabe igual. El tipo que aplaude no es el preciso, la señorita que miro hasta el hartazgo no eres tú. Mientras el platillo escupe sus ultimas vibraciones lo entiendo y ella lo entiende. La función se acaba y hemos de salir y volver a casa, ella a extrañar al que promete y no acude, yo a parpadear y soñarte menos lejos, tan hermosa y con un violín en la mano.
Para variar el metro está atascado de soledades.
2.5.11
1.5.11
Impresiones.
Un abrazo, un puesto de tamales que partió hace tiempo. La impuntualidad como mi mejor carta de presentación. Tú estás distraída, yo te reconozco en la distancia y te siento tan cercana que no lo creo. Camino, sigo caminando a donde tu breve sombra me invita a posarme, diriges tu mirada a donde yo, sonríes. ¿Tus nervios se podrán comparar con los míos? lo dudo, te llevo ventaja.
Lo demás es confuso, sentirte, suave como el algodón que te cubre, infinita como el instante que duró tu primera sonrisa. Caminamos un poco, charlamos, tu charlas, yo escucho, no dejo de sentir esa vida tuya que sonroja a la mía. Debería decir algo, no encuentro las palabras así que callo y escucho atento, me encojo para cubrirme entre la sombra que apenas te alcanza a ti.
Fotos, dónde quedaría ese recuerdo perpetuo de la provocadora de alegría y el tipo tímido que no acaba de creerlo. Tal vez no existió, tal vez. Pero el daguerrotipo tuyo aquí lo tengo yo, no lo suelto un instante y cuando se deja lo abrazo y me duermo pensando que lo abrazo.
Qué de vueltas da el destino y qué vueltas se dan en metro, para prolongar la alegría, o se camina, se suben escaleras, se esquivan cuerpos sudorosos, se escuchan conversaciones parcialmente comprensibles. Piropos que uno prefiere bloquear, ya no tiraré las colillas en la calle. Mudo y con el mundo de basurero. Nunca tuve la ventaja.
Las primeras impresiones son únicas, irrepetibles y, dicen, marcan el futuro trato que se tendrá con respecto a una situación o una persona. Cuál sería tu primera impresión, realmente habrá alguna o todo fue como abstenerse de alimentos más por el dolor de estomago que por el agrado o desagrado que te causan las quesadillas. No lo sé.
Sea lo que sea, creo que no somos los que se olvidan de todo y al día siguiente el olvido acecha.
Creo que te pienso más de lo que debería, otras veces pienso que me quedo corto. La ventaja no es mía, la duda sí, el temor, curiosidad y pena, silencio y sonrisas. La ventaja no, esa es tuya, como cuando Fito Paez se sienta al piano y canta "yo vengo a ofrecer mi corazón"
Al final conocerte lo hace a uno saber que no todo está perdido, al principio ya se sabe pero sin algodón uno podría dudarlo.
19.4.11
Cadaver exquisito
A la usanza de los poetas del surrealismo el siguiente poema fue creado a manera de cadáver exquisito con la colaboración de Vladimir Villalobos, a través de Twitter.
18.4.11
Del respirar de las piedras

Te hablo desde la tierra,
desde las hojas,
desde el pan que habita
en la corteza de ciertas semillas
de ciertas ideas.
Escribo por no perderlos,
por no dejarlos,
por no olvidarme que a veces,
tal vez sin quererlo,
me estés escuchando.
Edel Juárez inspira, justifica los pixeles....mi memoria parte allá donde te encuentres.
11.4.11
Opaco
1.4.11
Segundo vagón, asiento compartido, ventana y no pasillo
15.3.11
A tu girar
Arquetipo y té,
piquete y rota,
quieta y torpe.
Arte, y qué tipo
Quitar peyote
24.2.11
Causa y sinrazón....

Causa y sinrazón de los celos
Aguafuertes porteñas (1958)