
26.8.11
Lloviznas y empapadas

18.8.11
Predicciones
Cuando despertaste te encontrabas sola, él ya se había marchado, el reloj marcaba las 10 a.m. y el sol se filtraba a través de las viejas cortinas. Te levantaste y fuiste hasta el baño sin notar que tus sandalias se encontraban en el pie equivocado, enjuagaste tu cara y con pasos lentos te dirigiste a la cocina. La costumbre te hizo preparar dos tazas de café, las bebiste ambas, el día pintaba caluroso, te estiraste tratando de desprender así, el último vestigio de aquel sueño, de tu cuerpo.
Él llegaría tarde, era viernes y siempre lo invitaban a comer, a tomar unos tragos. Tú ya estabas en la sala, con el remoto en la mano y cambiando automáticamente los canales, de antemano sabías que no encontrarías en ellos lo que necesitabas, marcas a tu madre pero no responde el teléfono.
Vas a tu vieja computadora y revisas lo de siempre, en el correo puras cadenas que te prometen el amor eterno, no las reenvías. Las redes sociales están llenas de gente ociosa, chismosa, de pronto a todo el mundo le gusta que estés aburrida al extremo, quince pulgares, siete comentarios, la mitad de ellos no tienen nada que ver contigo. Notas una nota extraña, la publicó alguien que no conoces pero que quiso ser tu amigo, obviamente aceptaste. Abres el link y te lleva a una trivia extraña que asegura predecir el futuro. Volteas a tu alrededor para confirmar que no hay una mejor opción para pasar el tiempo y la contestas. Cargando tus resultados, gracias por esperar….
Por fin llega quien alguna vez pensaste sería tu marido, ahora lo ves más como una compañía no del todo desagradable, a excepción de cuando llega ebrio o enojado de su trabajo, al parecer hoy se juntaron ambas cosas, trae cara de pocos amigos, quiere desquitarse con alguien así que comienza a reclamar por cualquier nimiedad, lo ignoras pero eso sólo lo enfurece más, está irreconocible, maldice y destroza lo que se le pone en frente, ahora tienes miedo, retrocedes pero la pared impide que sigas haciéndolo, tratas de calmarlo, en no para de reclamarte cosas que no entiendes. Violencia combatida con violencia nunca ha sido buena idea, te saca de tus casillas y ahora compites con él, a ver quién grita más duro, tu ganas pero el ya dirige su brazo derecho a tu rostro, no logras esquivarlo. Caes al piso y esté se tiñe de rojo, recibes una patada y el llanto te vence, el no quiere escucharte, se da la vuelta y te dice que es mejor que tomes tus cosas al tiempo que golpea la pared. Seguramente es el café doble el que no te permite tranquilizarte, te levantas temblando y abres la maleta, una lagrima cubierta con sangre es la primera en empacarse.
“Prepárate para emociones fuertes” decía tu predicción.
[pequeño relato que tuve que escribir para un curso virtual que imparte la UAM]
15.8.11
Al buen entendedor pocas palabras
De sangre tu recuerdo
mis manos tiemblan
roja es la culpa.
- El duelo llega al ganar y perderte
vacío y absurdo resulta no saberte.
- Palabras en duelo
te odio te quiero,
te sueño, y no pienso
llorar tu entierro
- De duelo en duelo
te gano y pierdo.
- Cura esas ganas de saberte
date un tiro, pega un grito
muerde este vacío que habito
- Mi cura,
un curado de ti.
- Cura mis vicios antes que la virtuosa muerte me tire por el precipicio.
- Esas curas no existen
esos curas...que cobardes,
que triste.
- El cura promete el cielo
¿ya llegué o está más adentro?
- Y si nos curamos con curitas corazón,
si enfermamos y perdemos la razón.
Dulce amargo, piedra, papel las cortas
chiras pelas.
- Si la cura no es tu cuerpo
y al mirarte sólo enfermo
- Lo-cura no tocarte.